Hoy es un día hermoso para empezar de nuevo, para olvidar aquellos atropellos de la vida y decirle un sí al presente. Es tiempo de tocar puertas, de abrirnos nuevos caminos. Tiempo de terminar lo que hemos dejado por mitad, de hacer lo que nunca hicimos, de reír, de llorar (pero de alegría). Tiempo de llamar a los viejos amigos, de darle un abrazo a tus padres y decirles cuanto los ama, es tiempo de compartir con el vecino, de darle los buenos días a los más humildes, de visitar aquellos que tanto hicieron en esta vida por nosotros, de ayudar al necesitado, de brindarle una sonrisa a los más débiles. Es tiempo de dedicarte un tiempo para ti, mirarte al espejo y reparar lo que se puede reparar y aceptar lo que no tiene remedio. Es tiempo de devolverle a tu comunidad donde naciste o creciste aquello que tanto te dieron: amor, respeto, cariño, apoyo cuando lo necesitaste – es fácil hacerlo- ayuda al niño del vecino con su tarea, al viejito que no puede ir solo al médico (acompáñalo), al ...
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